Quizás porque hoy estamos hiperconectados se nos hace muy difícil imaginar que hace no más de veinte años la comunicación era muy distinta. Intenta pensar cómo era en el siglo XIX, sin smartphones, redes sociales ni Internet.

La época victoriana fue un tiempo en el que la sociedad tenía reglas muy rígidas. Muchos temas como el amor, por ejemplo, eran tabú. Así es como comerciantes europeos descubrieron el antiguo arte de comunicarse a través de las flores provenientes de Asia y lo introdujeron en su sociedad.

El lenguaje de las flores o floriografía sirvió más que nada para enviar mensajes codificados entre los amantes sin tener que hacerlo en voz alta y a la vista de la sociedad. Tan popular se hizo que fue utilizado e impulsado por los reyes europeos.